martes, 1 de septiembre de 2009

Antropología filosófica III

Mi criatura filosófica

Pensé como crearlo durante años. Quería hacer una criatura filosófica inteligente, pero no perfecta. Conociendo nuestras propias características (la de los seres humanos) he decidido elegir algunas de ellas para la creación.

No fue necesario trabajar sobre un muerto; un compañero mío me prestó su "mascota" para que pudiera experimentar sobre él: un mono.

Con avances científicos logré dejarlo en un estado casi sin vida para poder trabajar.

Lo primero que detecté en su cerebro fue que, a diferencia del hombre, para solucionar sus conflictos utilizaba su instinto, no se detenía a pensar o a analizar el problema. Eso quise cambiarlo: le agregué la capacidad de razonar, reflexionar, con el fin que el mismo animal pudiera actuar eficazmente ante distintas situaciones, y pudiera establecer relaciones entre las cosas y captar las relaciones con las cuales se enfrentaría en la realidad.

Lo segundo que observé fue la falta de conciencia acerca de la muerte. El mono no sabía que ésta existía ni la conocía como un fin biológico. Esto impedía que la criatura pudiera pensar (luego de haberle introducido esa capacidad) en que manera y forma le convenía vivir, ni tampoco que pudiese interesarse por la vida de sus semejantes.

Quise crear un ser conciente, que pudiera reflexionar sobre sus actos y así resistirse a la muerte; pero que sepa que en algún momento ésta iba a llegar.
Para ello se le introdujo la conciencia de la muerte y la conciencia del tiempo: que reconociera su pasado, que viera su vida en el presente y que proyectara su futuro (en el cual se encuentra también la muerte).


Lamentablemente, no pude sacarle a ese aporte el traspaso de la duda y ansiedad por el futuro, que viviese más en ello que en los recuerdos o experiencias presentes.

Lo tercero y último que observé fue acerca de su lenguaje: éste siempre se refería a finalidades biológicas y a estímulos concretos inmediatos. Yo quería que su lenguaje fuese mucho más que eso,ello le introduje la capacidad de simbolizar, lo cual le permitiría la comunicación de sucesos pasados, presentes y futuros, que puede percibir gracias a la conciencia del tiempo y también imaginarlos. Así la criatura tendría la facultad de representar lo real a través de un signo y de comprender un signo como representante de lo real. Ubiqué en su cerebro un método entre el estímulo y la respuesta: el pensamiento. Así, su reacción no sería inmediata y daría lugar a diferentes respuestas en distintos individuos. Con todo esto, se ingresaría a la criatura en la cultura: no haría cosas solamente racionales, sino también simbólicas como pintar un cuadro y principalmente expresarse a través del lenguaje.

¿Por qué crearlo con estas características?

Uno de los principales motivos de este proyecto es que, al desarrollar la razón, la criatura pueda avanzar en su conocimiento con el paso del tiempo, que pueda conocerse a sí mismo y a todo lo que lo rodea. Que también sepa que está vivo; razón por la cual le dé importancia y tenga proyectos para ella. Que a través de los símbolos pueda comunicarse y comprender la realidad que lo rodea; comunicar sus experiencias y entender lo que los humanos digan y manifiesten.


Lara Couronne, 2º 4º Cs Naturales

1 comentario:

Anónimo dijo...

Felicitaciones a los pequeños filósofos de la Media 2!!!!!

Angela Molea