miércoles, 24 de septiembre de 2008

Acerca de la posmodernidad IV

La posmodernidad me permite ser y mostrarme superficial, egoísta, mezquina, egocéntrica, fetichista, irresponsable, masificada, materialista, ecléctica, irónica, burlona, vacía, sin sentido, artificial y rota.
Gracias a los conceptos que me ha enseñado la filosofía acerca de la posmodernidad, puedo comprender al mundo como un lugar cómodo, fácilmente bello y en el que me puedo mover como una alegre hada.
La superficialidad y la falta de compromiso político, me muestra la vida como un juego donde no hay tradiciones ni ideales, sino modas y dioses. El posmodernismo me da libertad sin consecuencias, un lugar en el mundo sin correspondencia con los demás, una historia humana para citar pero no para asimilar.
No necesito pensar, no debo pensar, ni razonar, me basta construir e imaginar un mundo de ficción y creer que todo es posible. Todo aquello que sea perfectamente observable, fino y vacío de contenido pero visualmente rico me va a ser útil a la hora de soñar un mundo y un futuro elegante vendible y superficialmente perdido.
No tengo que ser un actor político, mi acción ciudadana se basa en la diaria observación de mi pulcritud, mi pomposidad y mi popularidad; una mezcla de muchos estilos, el arte ya no es drama y los liberales ganarán la guerra contra el anarquista creativo.
La posmodernidad me permite ser careta.

Romina Tellini 2ª8ª TT
Comunicación Arte y Diseño

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