martes, 9 de septiembre de 2008

Acerca de la posmodernidad

¿Soy posmoderna?

Yo creo que en algún punto todos somos posmodernos.
Por ejemplo hoy en día la gente es calificada como joven o vieja, adolescente y adulto, y aunque quizás, en otro tiempo también fue así, hoy en día es mucho más notable que en ese entonces. También lo posmoderno se refleja en la sexualidad, hoy en día uno puede elegir y decir públicamente la clase de sexualidad adoptada, cosa que en otros tiempos no era muy bien vista. Si uno se fija también en la constitución de la familia hoy es muy común ver a una madre o padre soltera/o, o parejas de homosexuales que deciden adoptar hijos, y no es tan necesario estar casados para vivir juntos.
Con respecto a la moda, el ser humano es muy posmoderno, ya que se preocupa demasiado por verse a la moda y eso se debe también a las diferencias que los jovenes y adolescentes, y en algunos casos adultos, hacen con respecto a las clases sociales. Con este tema los chicos cambian mucho sus personalidades, porque al querer "pertenecer" a un cierto grupo social se olvidan de quienes realmente son.
Se perdieron muchas costumbres familiares debido al posmodernismo y a la inseguridad también. Hoy en día no es seguro ir a una plaza o salir a caminar por el miedo a que nos roben y eso se debe a un cambio en la política y en la economía también. Nadie se preocupa porque todos tengan trabajo o que el bien sea colectivo, lamentablemente ese tiempo quedó en el pasado junto con muchas cosas que ya casi nadie recuerda. Hoy todo es muy individualista.
Luego de todo esto me di cuenta de que yo también soy posmoderna en algunos aspectos. Yo no pienso de la misma forma que piensan mis abuelos, yo no uso la misma ropa que mis abuelos. Todo cambió y nada va a volver a ser como antes porque la posmodernidad y todas sus tecnologías extranjeras y avances de toda clase, nos han consumido, y nosotros a ellas.
Y esta es mi opinión sobre el posmodernismo.


Daiana A. Saiet
E.E.M. N°2 "Francisco Ramirez"
2°4°
Turno Mañana
Ciencias Naturales

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Reciente de la disfuncionalidad del sistema de derechos de autor en el actual contexto social y tecnológico es la querella penal promovida por la Cámara Argentina del Libro (nombre poético si los hay, toda vez que los agrupados en la cámara no son precisamente libros, sino editoriales) a un docente de filosofía de la Universidad de Lanús, Horacio Potel, por sus sitios web Nietzsche en Castellano, Heidegger en Castellano y Derrida en Castellano, en los que ponía al alcance del público, en forma gratuita y sin fines de lucro, una completa relación de los textos, vida y obra de los tres filósofos, además de fotos, biografías, comentarios y enlaces.

Potel son visitados por estudiantes de filosofía de todo el mundo hispanoparlante, que a través de ellos tienen acceso a textos que de otra manera estarían fuera de su alcance, ya sea porque son demasiado caros o porque sencillamente no se consiguen debido a que las editoriales las tienen fuera de imprenta o no están presentes en sus países. La riqueza social generada por los sitios de Potel, medida en términos de difusión de cultura, supera así con creces cualquier presunto perjuicio que las editoriales puedan argumentar haber sufrido. Darle prioridad a la posibilidad de lucro de éstas por sobre la posibilidad de acceso de todos es coronarlas definitivamente como dueñas de la cultura, de todas las obras creada por otros. Pidiéndole una imagen prestada a Richard Stallman, estamos destruyendo dos pesos de riqueza común para generar un peso de fortuna personal.

Es dudoso que las acciones de Potel hayan tenido una influencia negativa en las ventas de esos textos: no es lo mismo una publicación en la red que una edición no autorizada de un libro, que sí compite directamente con el producto de la editorial, y quienes compran libros rara vez consideran a un sitio web como un sustituto adecuado. Es posible, incluso, que más de una persona haya decidido comprar algún libro de Heidegger o Derrida luego de leerlos por primera vez en el sitio de Potel.
Si nos referimos a la aplicación de la tecnología en la rama de la educación, debemos reconocer que ha sido de gran ayuda para muchos estudiantes, pero también debemos pensar en los casos marginales, chicos carenciados que no solo no tienen acceso a la tecnología, si no que muchas veces ni siquiera cuentan con los medios para concurrir a una escuela.

Pereyra Johanna 2° da 4° ta


E.E.M. N°2 Francisco Ramires

Anónimo dijo...

Reciente de la disfuncionalidad del sistema de derechos de autor en el actual contexto social y tecnológico es la querella penal promovida por la Cámara Argentina del Libro (nombre poético si los hay, toda vez que los agrupados en la cámara no son precisamente libros, sino editoriales) a un docente de filosofía de la Universidad de Lanús, Horacio Potel, por sus sitios web Nietzsche en Castellano, Heidegger en Castellano y Derrida en Castellano, en los que ponía al alcance del público, en forma gratuita y sin fines de lucro, una completa relación de los textos, vida y obra de los tres filósofos, además de fotos, biografías, comentarios y enlaces.

Potel son visitados por estudiantes de filosofía de todo el mundo hispanoparlante, que a través de ellos tienen acceso a textos que de otra manera estarían fuera de su alcance, ya sea porque son demasiado caros o porque sencillamente no se consiguen debido a que las editoriales las tienen fuera de imprenta o no están presentes en sus países. La riqueza social generada por los sitios de Potel, medida en términos de difusión de cultura, supera así con creces cualquier presunto perjuicio que las editoriales puedan argumentar haber sufrido. Darle prioridad a la posibilidad de lucro de éstas por sobre la posibilidad de acceso de todos es coronarlas definitivamente como dueñas de la cultura, de todas las obras creada por otros. Pidiéndole una imagen prestada a Richard Stallman, estamos destruyendo dos pesos de riqueza común para generar un peso de fortuna personal.

Es dudoso que las acciones de Potel hayan tenido una influencia negativa en las ventas de esos textos: no es lo mismo una publicación en la red que una edición no autorizada de un libro, que sí compite directamente con el producto de la editorial, y quienes compran libros rara vez consideran a un sitio web como un sustituto adecuado. Es posible, incluso, que más de una persona haya decidido comprar algún libro de Heidegger o Derrida luego de leerlos por primera vez en el sitio de Potel.
Si nos referimos a la aplicación de la tecnología en la rama de la educación, debemos reconocer que ha sido de gran ayuda para muchos estudiantes, pero también debemos pensar en los casos marginales, chicos carenciados que no solo no tienen acceso a la tecnología, si no que muchas veces ni siquiera cuentan con los medios para concurrir a una escuela.

Pereyra Johanna 2° da 4° ta


E.E.M. N°2 Francisco Ramires