domingo, 16 de noviembre de 2008

Sobre la cultura del esfuerzo de Tomás Abraham IV

Estoy de acuerdo en que los adultos quieran tener ciertas posturas adolescentes en la vida cotidiana, por ejemplo vestirse como ellos, tener un dialecto similar o prácticamente idéntico al de los jóvenes, pero cuando se rompe la barrera entre los adultos y los jóvenes ocurre un desequilibrio social que puede llevar a problemas psicológicos en los niños.
Hay muchos adultos que compiten con sus hijos para saber quien tiene más “onda” en la sociedad actual o también compiten para ver quien tiene la pareja más linda en competencia con sus hijos (este caso en problemas familiares, ejemplo: divorcios y separaciones). Pero también está mal que los adolescentes o chicos menores tomen el rol de un adulto en la casa, porque así queman etapas de su vida y no logran disfrutar de su crecimiento como un chico debe hacerlo.

Me parece que esta muy mal que se baje el nivel de exigencia en las escuelas, porque así muchos chicos que no tendrían que pasar de año, promueven igualmente, y esos chicos luego son los que quieren la vida fácil, o que cuando van a la facultad pensando que esto será igual de fácil se dan cuenta que no y que su vida ya no tiene futuro. Debe exigirse más en las escuelas, para realizar un “filtro” de alumnos ajustados al sistema educativo y que las generaciones que vienen tengan un buen futuro económico.

La televisión no debe promulgar la violencia actual de manera tan libre, ya que de este modo se provoca un efecto contrario al que los productores de noticieros quieren provocar (informar), y lo que se hace es aumentar la violencia porque se está haciendo apología de estos hechos. Un caso claro de esto es el de las tribus urbanas, un problema que viene hace muchos años, pero ahora con la televisión abierta aumenta, porque muchos de los chicos que miran noticieros o que escuchan en algún lado sobre hechos violentos intentan o quieren imitar lo que ven o escuchan y luego termina ocurriendo los casos de ataques adolescentes o en muchos casos de muerte por hechos de violencia extrema.

Para concluir esta reflexión, yo propongo que no solo los leyentes de este escrito, sino que todos nos pongamos a pensar tan solo dos minutos sobre lo expresado en este texto, y que todos nos pongamos a trabajar para solucionar las problemáticas actuales, ya que sin nosotros, los adolescentes y demás generaciones, el mundo no tiene futuro.


Cristian Grebay
2º 7º Comunicación, Arte y Diseño

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